martes, 23 de marzo de 2021

Que la empatía le gane al sálvese quien pueda

 Querido hijo:

Me gustaría decirte que te quedes tranquilo, que todo va a estar bien.

Que quedándonos en casa, y poniéndonos alochol en gel, estamos protegidos.

Pero, vos ya lo sabés, quedarse en casa no alcanza.

Nunca alcanza.

Porque si todes no podemos quedarnos en casa, no sirve.

Porque además de cuidarnos, es necesario, no sólo ahora, sino siempre, que la ayuda le llegue antes a quienes más lo necesitan.

Que la empatía le gane al sálvese quien pueda.

Que apaguemos la tele y encendamos la disponibilidad.

Que los dueños de todo, dejen de cumplir sus sueños a cambio de que la realidad de tantos sea una pesadilla.

Que los que compraron en cómodas cuotas el cuento de la meritocracia y el éxito individual, puedan despegar la vista, ahora y para siempre, del microscopio de su ombligo.

Que el amarillismo deje de facturar con la peste del miedo.

Necesito decirte que de esto tenemos que aprender:

Que no pueden ganar siempre los mismos pescadores que revuelven el río, 

que no queremos otra vez que el hilo que separa la vida de la muerte se corte por el lado más vulnerable, el más indefenso, el más desprotegido.

Que te va tocar vivir en un tiempo donde la tierra nos grita, desesperada, que es ahora o nunca. 

Te toca vivir en los jirones de un era ya no da más, y éstos, son sus dolores de parto.

Que es necesario, que reaccionemos, que no esperemos a que vengan a tocarnos el timbre para darnos cuenta, que es urgente cambiar el rumbo hacia otra forma de vivir, de producir, de relacionarnos, de repartir. 

Que podamos comprender, más temprano que tarde, que la única salida es colectiva.

Por más brillante e hipnotizante que sea la pantalla, que te ofrece boletos en asientos premium, para ver la temporada completa, de la inexorable procesión, a nuestro propio funeral como especie.

Que lo peor que puede pasarle a tu libertad, es que vos decores con alegría tu propia jaula.

Hay un mundo allá afuera. Es inmenso, gigante. Fascinante, diverso, mágico y también injusto, violento, caótico.

Tratando de hacerlo un lugar más justo, seguramente vas a equivocarte. No te preocupes: eso sólo le pasa a los que lo intentan.

Por eso, ya sé que es aburrido, que ya estás podrido con que siempre te insista. Pero voy a repetirte, que es necesario quedarse en casa.

Pero no, solamente, quedarse en casa.

Porque eso, hoy y siempre, simplemente, no alcanza.

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